La Literatura en el Cine
- Leslie
- 14 nov 2018
- 2 Min. de lectura
Los libros y las películas son dos cosas que pueden contar una misma historia de maneras muy distintas. Por un lado están los libros, con bastos detalles y personajes con los cuales nos podemos identificar a través de las palabras, y por otro lado las películas, que resumen en un aimagen lo que fácilmente no se puede expresar con las palabras, acompañadas de música y efecto que mantiene la atención de los espectadores.
El valor que tienen los libros es incuestionable, con ellos aumentamos nuestra cultura, nuestra creatividad y nos abrimos a nuevos horizontes. De los libros hemos conocido a las más grandes historias y a las más grandes mentes. Ya sea con la intención de entretener o conocer, los libros han formado parte de nuestro día a día, y hemos aprendido a apreciar los pequeños detalles como grandes, que son los que al final hacen a una historia única.
Por esa razón cuando un libro es adaptado al cine los lectores se lo toman muy en serio.
Como alguien que disfruta de las películas tanto como de los libros me atrevo a cuestionar la opinión tan popular que he escuchado de parte de muchos lectores: “Queremos que se adapten nuestros libros favoritos a la gran pantalla, pero deben mantenerse totalmente fieles a la historia”.
Es verdad que hay directores que se han dado el lujo de cambiar el orden de los eventos o aspectos aún más relevantes como el final de la historia, pero el cine nos ha dado más buenas que malas adaptaciones, e incluso un buen número de ellas se han considerado mejores que el libro en sí. Si hacemos un repaso de las películas que han sido adaptadas de una novela, nos encontraremos con un sín fin de joyas que el cine nos ha dado.
Un ejemplo de estas es “Los Miserables”, que gracias al trabajo de los guionistas, compositores y actores tenemos como resultado una película donde podemos conocer la historia de una manera fascinante. O cuando Stanley Labrick convirtió “Alerta Roja”, una novela oscura y de guerra en un sátira maestra, que hace que valga la pena cada minuto.
Reconozcamos que los libros y las películas son dos industrias totalmente de distintas y, (aunque a veces van de la mano) lo que funciona escrito en los libros no siempre funciona es atractivo a la gran pantalla. Las adaptaciones cinematográficas son nada más ni menos que adaptaciones. No es necesario tener todos los detalles para disfrutar de una buena película aunque sea juzgada como mala adaptación, y los libros siempre estarán, intactos y sublimes como solo los libros pueden ser, para leerlo cuantas veces queramos.

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