Aves Viajeras
- Leslie
- 30 nov 2019
- 1 Min. de lectura
Hace unos meses ví un pájaro caminando sobre la hierba. Escudriñándolo, pensaba en la fatalidad de esa pobre ave, que sin brazos y un pico corto buscaba con que alimentarse; mientras yo, creyéndome sin ningún límite, en listaba mentalmente todas las cosas en las que lo superaba: Con mis brazos y dedos perfectamente repartidos, no me tomaba más de unos segundos realizar acciones que aquel pájaro sería incapaz de hacer en toda su vida.
Me ví a mi, y lo ví a él. No me cupo duda que uno de los dos era un discapacitado de la vida, y que en aquel caso, la naturaleza había estado de mi lado al momento de concebirme. Pero justo en ese momento, como si mis pensamientos hubieran sido leídos, el pájaro extendió sus alas y salió volando, tan alto y majestuoso, perdiéndose rápidamente en el cielo, y dejándome a mí atrás, de una sola pieza. De repente me sentí insignificante.
La naturaleza, una vez más, me buscaba para darme una lección.
Esta noche retumba en mi mente la imagen del pájaro volando, acompañada por los versos de Vicenta Castro, gran poetisa argentina, como unas buenas noches para mi misma.
Yo también soy un ave viajera;
al mundo nací
en el mes que se abren las lilas
y exhalan los lirios perfume sutil;
Pero al poco que anduve en la vida
mis alas sentí
destrozadas por la flecha traidora
y fue cautiverio mi triste existir
Pero un día... De nuevo tendré alas
Un día feliz
Volaré como las golondrinas
y volaré lejos...¡Muy lejos de aquí!
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