Uno no deja su casa, a menos...
- Leslie
- 2 dic 2019
- 2 Min. de lectura
Hoy no tengo palabras, solo un poema.
Casa
Nadie deja casa a menos que casa sea la boca de un tiburón solo corres hacia la frontera cuando ves a toda la ciudad haciéndolo también A tus vecinos corriendo más rápido que tú con aliento sangrante en sus gargantas el niño con el que fuiste a la escuela que te besó hasta marear detrás de la fábrica de latas está sosteniendo una arma más grande que su cuerpo Solo dejas tu casa, cuando casa no dejará quedarte
Nadie deja casa a menos que la casa te persiga con fuego bajo los pies sangre hirviendo en el vientre no es algo que jamás hayas pensado hacer hasta que la navaja quema amenazas en tu cuello e incluso entonces cargaste con el himno bajo tu aliento destrozando tu pasaporte en el aeropuerto en excusados sollozando mientras cada manojo de papel hacía más claro que jamás te encontrarás regresando.
Tienes que entender que nadie pone a sus hijos en un bote a menos que el agua sea más segura que la tierra Nadie quema las palmas de sus manos bajo trenes entre vagones nadie pasa días y noches enteras en el estómago de un camión alimentándose de hojas de periódico a menos que los kilómetros viajados signifiquen algo más que una travesía
Nadie quiere ser objeto de golpes de lástima Nadie escoge campos de refugiados o revisiones de cavidades donde tu cuerpo es dejado doliente o la prisión porque la prisión es más segura que una ciudad en llamas y un guardia de prisión en la noche es mejor que ser la carga de un camión lleno de hombres parecidos a tu padre nadie podría soportarlo nadie tendría las agallas nadie tendría la piel suficientemente dura
Los “váyanse a casa, negros” “refugiados” “sucios inmigrantes” “busca-asilos” “quieren secar las riquezas de nuestro país” “negros con las manos arriba, huelen extraño” “salvajes” “jodieron su país y ahora quieren joder el nuestro” “¿Cómo es que las palabras, la apariencia sucia, rueda por sus espaldas?” Quizás sea porque estos golpes son más suaves que perder un miembro. O que las palabras son más tiernas que catorce hombres entre tus piernas O que los insultos son más fáciles de tragar que el escombro que los huesos que el cuerpo de tu niñez en pedazos. Quiero irme a casa, pero casa es la boca de un tiburón
Casa es el barril de un arma y nadie dejaría su casa a menos que casa te persiguiera a la costa a menos que casa te dijera: que apretaras el paso dejando tus ropas atrás que te arrastraras por el desierto que naufragaras por los océanos “ahógate pero sálvate sé el hambre implora olvida el orgullo tu supervivencia es más importante” Nadie deja casa a menos que casa sea una voz sudorosa en tu oído diciendo: “Vete, corre lejos de mí ahora No sé en qué me he convertido pero sé que cualquier lugar es más seguro que este”.
- Warsan Shire
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